miércoles, 19 de junio de 2013

La muerte de tu madre no merece ni cuatro días



Ya no tienen suficiente los de la CEOE con recortar a los trabajadores sus derechos laborales, sociales y la dignidad. Ahora también nos quieren recortar el duelo por nuestros familiares fallecidos.
Según José de la Cavada, responsable de Relaciones Laborales de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) “el Jose” en adelante, los cuatro días de permiso que el Estatuto de los Trabajadores otorga por defunción de un familiar de primer grado son "excesivos" porque "los viajes ya no se hacen en diligencia". Claro y los empresarios ya no son “negreros” como antes, pero parece que “el Jose” no se ha enterado. “El Jose” un tipo sancionado por humillar a sus subordinados, 10 de los 13 trabajadores le culparon de hacerles llorar en repetidas ocasiones y causarles crisis de ansiedad, según denunciaron ante el secretario general de la patronal, José María Lacasa, y ante la Inspección de Trabajo, fue multado con una sanción de 25.000 euros por acoso laboral, aunque la multa está recurrida ante los tribunales y no hay una decisión firme. Otra vez esa justicia nuestra.
En cuanto a sus propuestas anteriores, algunas de las más polémicas se hicieron durante la negociación de la reforma laboral que aprobó el Gobierno de Zapatero, en 2010. “El Jose” propuso un "contrato de inserción" para jóvenes, sin prestación por desempleo, cuotas empresariales o indemnización por despido, vamos los que se hacían cuando “el Jose” viajaba en diligencia.
Probablemente no tiene la culpa de ser así, “el Jose”, eso le viene de la infancia. Los años de diligencias y películas en blanco y negro no son precisamente un modelo de paz social, derechos y democracia.
En estos tiempos de necesidad de cambiar los modelos existentes, nadie se ha planteado que quizás no hay que hacer una reforma laboral, ni recortar en sanidad, ni en educación, ni en asuntos sociales. Lo que hay que recortar son tontos como “el jose” e inventar un nuevo modelo de empresario y a los antiguos meterlos en una diligencia a punta de lanza.

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